Castellano
Mi añoranza de la naturaleza americana se produjo como consecuencia de una visita al Amazonas en mi camino de regreso a París luego de un viaje a Buenos Aires hecho con el propósito de realizar una exposición. Impresionado por la fuerza del paisaje amazónico, me propuse entender las fuerzas naturales en su dinamismo abstracto. Así nació una Serie Amazónica. Pero esta nomenclatura es, más bien, una forma global para denominar una constante –aunque no exhaustiva– de mi obra realizada entre 1981 y 1985.
La serie se caracteriza por el desarrollo de una concepción abstracta del paisaje (o sea, por encima de los detalles) donde predomina la convocatoria al libre fluir de los elementos plásticos. No obstante, suelen encontrarse en estas obras alusiones figurativas como índice temático, para evitar que sean vistas de una manera absolutamente abstracta.
Simultáneamente nació en mí una nostalgia por otro tipo de libertades, parecidas a aquellas que me tomaba en la época de las instalaciones: jugar con el pliegue de una tela, o con el vacío de un bastidor, o con siluetas de madera escapándose del cuadro, o planteando la obra del derecho y del revés. Pero evitaba a pesar de ello retornar a las instalaciones y cuidaba la perdurabilidad de la obra. O sea, evitaba retornar a las autodestrucciones. Estos planteamientos se alternaban con otros más ortodoxos respecto del plano y con los que había comenzado en la Serie Amazónica. Ambas actitudes convivían en distintas obras pero tendía a complementarlas en otras. Como ejemplo de síntesis puedo citar Estructura para un paisaje y Dentro del paisaje, ambas de 1982.