Castellano
Texto vinculado a la exposición Luis Felipe Noé (Serie Federal), 1961
[...] En momentos en que la mayoría de sus contemporáneos restringen sus obras a experimentos con la materia –de suerte que se diría, mientras recorremos sus exposiciones, que nunca conseguimos salir de la cocina para entrar por fin en el comedor–, Noé nos brinda la sorpresa feliz de su Serie Federal. Ha tenido la curiosa idea de presentar una exposición entera –trece óleos, algunos de ellos de proporciones bastante considerables– consagrada a un tema de raíz histórica. Sus pinturas, cuyos títulos –El General Quiroga va en coche al muere, Don Eusebio de la Santa Federación, Imagen agónica de Dorrego, etc. – bastan para dar la tónica de la muestra, absolutamente nada tienen que ver con las reconstrucciones teatralmente acartonadas que elaboran los cultores del género. Nada hay, en realidad, más opuesto a su espíritu. Pero Noé ha logrado captar una atmósfera –con un dejo admirable de ironía– célebre por su familiar truculencia, y transmitírnosla con rotunda eficacia, al mismo tiempo que ha logrado infundir a cada uno de sus cuadros ricos la calidad que los “informalistas” se desvelan por obtener. Sus óleos suntuosos, generosamente empastados, tratados con una libertad pujante, son un ejemplo. Y (por el tema, argüirán los resentidos: por la pasión honda y nuestra, contestamos nosotros) son, por fin en medio de la monótona internacionalización circundante, inesperadamente argentinos.