Castellano
Texto vinculado a la exposición Noé-Stupía ¡Me arruinaste el dibujo! Dibujos a cuatro manos, 2011
[…] La tinta china y el collage, el óleo y el grafito se combinan en estas obras de contundente tamaño para desterrar la profundidad e imponernos una serie de imágenes abigarradas. El espacio del papel es atropellado por líneas convergentes que se propagan y escurren. La mano abstracta de Stupía diseña meandros dejando la huella de la espátula y el pincel. El blanco y negro de su paleta se enfrenta por momentos a la invasión del color o los retazos de papel pegados que incorpora Noé. Es entonces cuando el diálogo se desmorona y comienza el reto a duelo. El papel, si se quiere, es un campo de batalla. El desafío, como ya viene reafirmando desde hace años Noé, es pintar el caos. Y en esto coinciden ambos pintores. Una trama enajenada que descuartiza la mirada. Sin embargo, en estos fragmentos enfurecidos, el ojo logra reconocer un rostro, un animal, un universo vegetal; el aparente caos consigue hallar otro orden, el de la mirada quebrada, según Noé. El dueto logra un ritmo vertiginoso en el que la gestualidad estalla en la superficie y nos recuerda a las grafías de Mark Tobey, aquel pintor que sentó precedente a través de sus escrituras blancas, claro antecesor de la técnica del dripping desarrollada por los expresionistas abstractos. […] En la propuesta de estos artistas el andamiaje del arte se manifiesta en todas sus tensiones para establecer un juego de a dos. Y quieren que todos seamos partícipes de sus elucubraciones. Tanto en Conciliábulo como en Uno más uno: dos develan el secreto compartido. Las manos diestras se encuentran e interrumpen y hasta amenazan con arruinar el dibujo del otro. […]