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Presentación de mi obra a un amigo

1960 fue un año de gran entusiasmo, trabajo, optimismo y convivencia con mis colegas próximos. […] En el mes de noviembre expuse en dos salas de la Galería Van Riel. Esta funcionaba en el mismo local de la calle Florida donde antes la Asociación Amigos del Arte había desarrollado sus actividades en la época en que mi padre las organizaba. El tamaño de las grandes salas de esta galería a la antigua me permitió exponer lo que ya mi nuevo taller me posibilitaba: obras de gran tamaño. Entonces comprendí que, por lo menos para mí, era cierto eso que decía Valéry: “El pintor pinta con su cuerpo”.

Cuando pintaba en grandes formatos, el tímido explosivo se liberaba de la cárcel de su yo. Por esto también empecé a entender qué quería significar Rimbaud al decir “Yo es otro” “Yo es otro”. Y me entretenía conocer a ese otro. Me decía expresionista cuando comenzaba a sentir que en todo caso se trataba de la expresión, pero no del yo (del cual me liberaba), sino del otro que comenzaba a ser y que conocía en el acto de pintar.

Relato de Luis Felipe Noé incluido en el libro “Mi viaje-Cuaderno de bitácora” (2014).


[...] Pinto como soy y mi relación con la tela es una relación humana como cualquier otra. Como me conoces, esto ya debe serte suficiente. Sabes de mi timidez, la que en la confianza explota con la fuerza de lo almacenado [...] Mi pintura es figurativa ya que utilizo figuras y es simultáneamente abstracta porque apenas se dan cuenta de que ellas existen en mis cuadros. Bromas aparte, lo abstracto es el método: tiro la pintura, se forma de inmediato sobre la tela virgen el hecho pictórico, se crea un mundo pleno de sugerencias que obra sobre mí como una mancha de pared sobre la sensibilidad de un niño [...] Creo que figuración y abstracción no son conceptos opuestos ya que es erróneo convertir a la abstracción como sinónimo de la no-figuración. No quiero que en mí la palabra abstracto signifique estar abstraído del mundo; prefiero que el sentido de esta denominación sea equivalente al de esencialización (y en este caso no hay abstracción sin punto de partida). Precisamente –y no con esto pretendo de filósofo– en su esencia, allí donde se definen, las cosas se funden y pierden sus límites. Esto me interesa conquistar para mi obra aunque la tilden de confusa, caótica, de doble compromiso, de falta de estructura o de literaria [...] Mi amigo poeta Jorge Calvetti me ha dicho que soy un realista del mundo como no es [...] En la relación se centra mi pintura, o sea, donde las cosas son y dejan de serlo. No quiero pintar a fulano ni a mengano sino la relación entre ambos o entre uno de ellos y las cosas [...] [por esto entonces exponía un cuadro titulado Amantes en acción]. […] Hago figuración con método abstracto informal, pero no por ello soy informalista [...] Me interesa el mundo de la aparición, la extracción de formas de lo informal [...] Por lo dicho creo que soy tan abstracto como figurativo y cualquiera de estas etiquetas (neoexpresionista, neofigurativo, postinformalista o quizás, más propiamente, por la independencia de su terminología, la de la “nueva imagen del hombre”, como ya se utiliza en Estados Unidos para una pintura pariente de la que yo hago) pueden caberle a mi obra, pues en definitiva todas ellas significan lo mismo: lenguaje vitalista para una pintura antropomórfica.

Si no fuera una expresión demasiado pedante hablaría en definitiva de “nueva imagen de la realidad del hombre” para entender el objeto de mi pintura [...]



"Presentación de mi obra a un amigo", en Noé, Buenos Aires, Galeria Van Riel, 1960