Castellano
Texto vinculado a la exposición Noé-Stupía ¡Me arruinaste el dibujo! Dibujos a cuatro manos, 2011
Uno y otro y entre sí producen alternativa o simultáneamente interrupciones, complementaciones, silencios, simbiosis, encuentros, experimentos... una suerte de payada dibujística, que revela décadas de oficio y saberes. Pareciera que cada mutua colaboración/intervención se limitara a la acción pura. Pero allí aparece la línea reflexiva, esa línea que se dispara, casi gestual, pero que también, como dice el ciclo que apadrinan, allí, esa línea piensa. […] Como una suerte de partido de ping-pong, cada uno lanza ideas gráficas en la cancha del otro y espera la devolución para volver a responder con el tiro más inesperado, y así sucesivamente. Y, si bien no se trata de hacerle perder pie al “contrincante”, tampoco es cuestión de hacérsela fácil. De allí la ironía de un título que, lejos de ser una broma, es fiel a la tensa dinámica de una batalla gráfica donde cada uno debe saber cuándo retirarse para que el otro se haga presente. […] Hay un factor de búsqueda y desarrollo permanente en Noé. Allí surgen abismos a los que se lanza y gracias a los cuales resulta un artista revelador, siempre por descubrir. […] Por su parte, Stupía ha proyectado siempre su creatividad en la del observador de sus dibujos. El que mira inevitablemente es conducido amablemente a sobreinterpretar líneas, filigranas, manchas y pinceladas. […] Se vuelve casi un acto ciego, una cuestión gestual, un puro movimiento. Toda su obra se puede pensar como un inmenso organismo en el que el dibujo, funcional y constitutivo, es pensamiento que se piensa a sí mismo. […] Ambos artistas logran, desde sus propias poéticas, un festín compartido para el ojo.