Castellano
Texto vinculado a la exposición Luis Felipe Noé. Pinturas 60-95, 1996
[...] Este es el reto que Noé asume como artista latinoamericano, el de encontrar en esta situación de caos la oportunidad de reconocernos en nuestras imposibilidades y carencias, de ocuparnos del mundo que nos es propio, como demandó alguna vez Carpentier a los artistas latinoamericanos: “hablar de él más y más a quienes permanezcan sentados al borde del camino, inertes, esperando no sé qué, o quizás nada, pero que tienen, sin embargo, necesidad de que se les diga algo para removerlos”.
Y esto es precisamente lo que pretende la obra de Luis Felipe Noé: remover nuestra conciencia, alterar nuestra visión del mundo como algo ordenado de manera definitiva. [...] Con todo, en esta aguda visión de la sociedad contemporánea no está ausente una exaltada pasión por la humanidad y la confianza en un futuro mejor. “Me siento como un imaginero de fetiches en medio de una cultura que se derrumba y otra que aún no se ha enunciado como tal”, nos dice el artista que ve, en el caos en que vivimos inmersos, la oportunidad de despojarnos de formas de pensar obsoletas que, como corazas, se han endurecido sobre nuestra piel.