Castellano

La asunción del caos

Texto vinculado a la exposición Pinturas 60-95, 1995

“Mi tema es el caos”, aduce Luis Felipe Noé (n. 1933) al responder a un cuestionario que le hicimos en la revista Cultura, treinta años después de haberlo proclamado por primera vez como asunto esencial del arte contemporáneo en la América Latina, convocando a la empresa de asumirlo. Es lo que él ha hecho y hace desde entonces: sin embargo, su obra demuestra que asumir el caos no es disolverlo sino acrecentarlo, porque solamente acrecentándolo puede ser asumido. Porque se trata de un proceso cultural de rechazo de un orden y búsqueda de otro, y es por lo tanto continuo, sinuoso y abierto, donde alternan el azar y la necesidad, la duda y la certeza, el ansia y el prejuicio. Mientras Europa y los Estados Unidos pueden soslayar este caos que es la situación de nuestro mundo y cuyo autor y protagonista es el hombre, los latinoamericanos debemos hacernos cargo de él como si obedeciéramos a un mandato urgente e inexorable: el de fundar nuestra cultura, como lo hicieron los europeos y los estadounidenses. Pero fundar nuestra cultura no es aislarnos de las demás sino dejar de depender de ellas y pasar a integrarlas de pleno derecho.
Noé preconiza, en el fondo, una suerte de ascesis histórica y antropológica, un desasirnos de las leyendas y falacias con que disimulamos nuestras riquezas, nuestras caídas, nuestras imposibilidades, nuestras carencias, para medirnos y valorarnos tal cual somos y no como fingimos (hasta creerlo absoluta - mente) ser. Para eso, no hay otro camino que el de indagarnos y conocernos, y Noé empieza consigo mismo esa ardua inquisición socrática. Dice un antiguo proverbio árabe: “Nadie puede salir fuera de su sombra”. El arte de Noé cabe por entero en esa certidumbre, que él desea ver generalizada. Retoma así las meditaciones que el uruguayo Pedro Figari elaboró ochenta años atrás para anunciar y defender el regionalismo artístico: “Mientras creamos que es bastante instruirse teórica - mente y exhibir las ideas de Hegel, de Taine o de Guyau para lucir nuestra conciencia estética, al pro - pio tiempo que no distinguimos prácticamente lo vituperable de lo plausible, no podemos ni debemos jactarnos de nuestra cultura –decía Figari–, porque, por lo pronto, no es nuestra”. Asumir el caos, en suma, es estar dentro de nosotros para sentirnos y pensarnos, libres de todo encierro chauvinista y de toda sujeción exterior, e incorporarnos entonces, y sólo entonces y de ese modo, al mundo, ahora en relaciones de intercambio y de enriquecimiento mutuo [...].



Jorge Glusberg. "La asunción del caos", en Noé, cat. exp., Publicado antes como prólogo a Jorge Gusberg y Luis Felipé Noé Lectura conceptual de una trayectoria, Buenos Aires, CAYC, 1993., Buenos Aires, Museo Nacional de Bellas Artes, 1995