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¿Qué es una imagen, cómo se hace una obra, qué significa lo abstracto y como se confronta la vida con la gran corriente del Caos que desafía a los artistas a componer? Para responder a estas preguntas que lo inquietan desde hace décadas, Luis Felipe Noé repasa su trayectoria personal, hace memoria de las diferentes etapas sociales, de circunstancias políticas del país y del mundo, de amistades influyentes como las de Antonio Berni, León Ferrari, Roberto Matta o Nicanor Parra. Pero sobre todo vuelve a una antigua biblioteca repleta de archivos y libros de grandes poetas, filósofos y pintores que resuenan en su obra. Entre ellos destacan Baudelaire, Valéry, Rimbaud, Pessoa, Sartre, pero también Marx, Benjamin, Deleuze y Guattari, Rancière, Foucault, Nietzsche. Y, por supuesto, Kandinsky, Cézanne, Pollock, Klee. O también las cartas manuscritas que un joven Borges enviara a su padre, el crítico literario Julio Noé, cuando preparaba la Antología de poesía argentina moderna, hacia 1925.
Entre imágenes de vida y escrituras propias o ajenas, el autor de este libro reflexiona a fondo sobre los principios del arte, recuerda sus comienzos como periodista en el diario El Mundo, La Razón y La Prensa, los ambientes de la sociabilidad artística de los años 50 en Nueva York o la Paris en la que residió durante la dictadura, pero también la red de amigos que frecuentó al volver, en un edificio de la Cooperativa del Hogar Obrero del barrio de Caballito donde vivió con su esposa. Así, el ojo que observa se mira en el espejo de las épocas, las imágenes y las palabras que le acercan los libros, para revelarnos la cifra de un pensamiento y una vida de artista. Dice Noé: “cuando pienso en el mundo, pinto; cuando pienso en la pintura, escribo (…) La poesía trata de decir con palabras lo que las palabras no pueden decir más allá de lo que vulgarmente dicen, y la pintura trata de decir con líneas, espacio y color, lo que las palabras no pueden mostrar. Es la reivindicación de otro lenguaje”. El ojo que observa combina con maestría esa doble trama que el autor de este libro persigue hace años.
Graciela Batticuore