Castellano
Texto vinculado a la exposición Pinturas 60-95, 1995
La impronta del tiempo y la historia están presentes en toda la obra de Noé, pero lo importante en este artista es su modo de recrearla, a la vez pictórico y extra pictórico. Así la tensión entre significante y significado, entre forma y contenido, desvelo recurrente en el artista plástico, halla en él una fórmula no convencional: eterna discusión que, desde adentro de la propia pintura, Noé vuelve objeto plástico, crítica de la crítica. Párrafo aparte merece la notable puesta en escena encarada en común con el curador Jorge Glusberg: la saga interior se vuelve un recorrido en el que el espectador es incitado una y otra vez a un flujo y reflujo constante como la propia obra que se exhibe. Por eso conviene detenerse en cada trabajo y, en algún momento, dejarse llevar, caminar entre los cuadros y como en un baño iniciático verse y sentirse protagonista del eterno movimiento de la vida y del arte [...].